Si has llegado hasta aquí, es posible que sientas que ya es suficiente, que no puedes seguir así y que necesitas un cambio.
No es un capricho. Es que realmente sientes que te equivocas una y otra vez, que tus acciones se repiten y vuelves al punto de partida cada vez.
Estás en ese punto en el que eres consciente de que no tienes todas las respuestas y de que necesitas ayuda.
Puede que te sientas aturdido, enfadado, cansado, confuso… Pero te aseguro que este momento supone una gran oportunidad.
Estás dispuesto a escuchar, a aprender, a dejarte guiar.
Muchos mentores han pasado por mi vida, muchos más de los que soy consciente, ya que ellos están por todas partes, pero hace falta que tú estés dispuesto a ser su alumno, que tu mente esté disponible en el momento en el que se cruzan en tu vida.
Y es necesario ser humilde. Sentarse a los pies del maestro y abrir los ojos y las orejas. Estar dispuesto a incorporar nuevo conocimiento y muchas veces desechar el viejo conocimiento, ese con el que te vienes identificando por mucho tiempo.
Por eso esto no va de magia, va de compromiso.
Compromiso contigo mism@. Compromiso por querer cambiar, hacer diferente. Humildad para aceptar que no tengo todas las respuestas. Y actitud para ejecutar los cambios necesarios.
Tarea: escribe una carta en la que te comprometes contigo mism@. No te vas a fallar. Vas a hacer lo que sea necesario, cuando sea necesario y las veces que sea necesario. Y firma.